Calle Barrancal

Año 1956 - (Autor: Foto ARQUÉ) - (Fuente: AMVG)
En la actualidad es una calle abierta y con mucha vida

«Si su trazado curvo y con marcada apertura final dota a la calle de un perfil muy propio, no menos llamativas son las variadas interpretaciones que se han dado al origen de su nombre».

«Es una calle antigua, cuyo primitivo nombre se cree fuera el de Barrencalle, con el que se distinguió a un amplio terreno resultante, inmediato al de la Burullería, al construirse en el siglo XIII las calles que en la parte occidental del Campillo mandó construir el rey Alfonso X. En los últimos años ha quedado muy transformada su fisonomía, al ser sustituidas las casas de pequeña altura por las modernas. Al comienzo de la calle, junto al cantón de Santa María, estuvo la importante fundición de Navarro. Más adelante tuvo su taller de decoración Enrique Sáez. En la plazuela que se forma al desembocar la calle en el Portal de Arriaga hubo una de las típicas fuentes desaparecidas».  (Fuente: Venancio del Val - año 1979)

Baskonia - Joventut

30 de abril de 1978 - (Autor: José María Parra) - (Fuente: AMVG)
A falta de buen juego, lo mejor estuvo fuera de la cancha

«Ante un Baskonia Sallkon sin opciones (décimo clasificado), el Joventut de Badalona se jugaba el título a una carta, ya que todavía no existían los playoffs. En la fotografía aparecen: (de pie) Carlos Luquero, Josean Querejeta, Francis Eugene Doyle y Kepa Segurola; (agachados) Oriol Paulí, Goyo Jiménez, Iñaki Garayalde, Txema Capetillo, Alberto Ortega y Roberto Uzquiano. El mal partido de los vitorianos decantó pronto el marcador para los visitantes, que terminaron ganando por un rotundo 68-115. Ante el poco juego en la cancha, el público organizó la fiesta por su cuenta. La animación fue constante en una grada repleta y con 1.300 catalanes que vinieron a Vitoria para apoyar a su equipo. La afición local no disfrutó del encuentro ni vio baloncesto de calidad, pero se divirtió entre txistus y cantos, a los que se unieron los catalanes en medio de un constante ondear de senyeras y de ikurriñas».  (Fuente: Sergio Carracedo)

Barrio de Zaramaga

1 de mayo de 1959 - (Autor: Foto ARQUÉ) - (Fuente: AMVG)
El alcalde Luis Ibarra y el obispo Francisco Peralta en el simbólico acto 

«En la significativa fecha del 1 de mayo de 1959 se puso la primera piedra a lo que se bautizó como nueva zona residencial de Zaramaga. El protocolo dio inicio a la construcción sobre terreno agrícola de ese gran barrio obrero levantado al norte de Vitoria, frente a un polígono industrial que ofrecía trabajo y jornal a sus vecinos. Así arrancaron las obras de 138 pisos en cuatro bloques en la actual plaza de Zaramaga y la calle Laguardia. Figuradamente también se puso la primera piedra para acabar con la escasez de vivienda y frenar la especulación inmobiliaria del momento. "El problema no es de vivienda solo, el problema es de vivienda barata", dijo el alcalde. Añadió: "Se va a hacer vivienda barata para que el hombre medio tenga su hogar. Al especulador hemos de verlo como un enemigo en potencia de la ciudad y sus habitantes". Un piso con tres habitaciones salía entonces por 190.000 pesetas (algo más de 30.000 euros)».

Día de San Prudencio

(Autor: Alberto Schommer) - (Fuente: Photo Araba)
Desfile infantil por las calles vitorianas

«Día 28 de Abril. Hermoso y radiante día de Primavera. El Astro Rey se yergue radiante sobre la Naturaleza exuberante y lozana. La carretera que conduce al pueblo que meció la cuna de nuestro Santo se desborda de gente, que llena su alma de entusiasmo y alegría se dirige a festejar a San Prudencio, porque la gloria del obispo armentiense no puede quedar reducida al estrecho marco de la aldea que le vio nacer. Fiesta tradicional: música, danzas, bailes típicos al son del txistu, exponente glorioso del resurgir de un pueblo en todo lo que tiene de típico y racial. El carácter marcado de romería vasca que estos últimos años ha tomado la fiesta de San Prudencio, merced al esfuerzo abnegado de grupos de jóvenes entusiastas de nuestras tradicionales costumbres, ha atraído a la pintoresca aldea no solamente a la totalidad del pueblo vitoriano, sino también a gran parte de las aldeas alavesas».  (Fuente: V. Mendiguren -  Revista "Vida Vasca" -  año 1934)

Peluquería "Cabezas"

(Fuente: AMVG)
En la calle Eduardo Dato

«Originalmente, los barberos eran cirujanos y dentistas. En la Europa Medieval, existía una peculiar profesión: cirujano-barbero, que lo mismo cortaban la barba y el pelo que hacían sangrías, extraían muelas o blanqueaban los dientes con aguafuerte. Los barberos practicaban cirugías, arreglaban roturas, trataban heridas, limpiaban oídos... En el siglo XV, bajo el reinado de Enrique VIII, barberos y cirujanos fueron separados como oficios independientes, aunque los barberos aún estaban encargados de la extracción de dientes. Cuando los cirujanos-barberos que tenían prestigio y no eran ambulantes se establecían en un local, adoptaron como símbolo para colocar en sus puertas y que la gente los reconociera, un cartel con una mano levantada chorreando sangre. A finales del siglo XIX, en la mayoría de ciudades, la presión de los cirujanos consiguió que los barberos lograran un gremio independiente».  (Fuente: www.machobeardcompany.com)

Acto del Servicio Social

Hacia el año 1936 - (Autor: Antonio Salinas) - (Fuente: www.europeana.eu)
Creado tras la Guerra Civil para cubrir las necesidades más urgentes

«El Servicio Social, inicialmente Auxilio de Invierno, fue concebido como un servicio de atención social a los más desfavorecidos por la contienda civil, a partir de marzo de 1939. Bajo la tutela y dependencia del Estado, debía establecerse un servicio de beneficiencia, que prestase su ayuda a los más desfavorecidos por el estallido de la guerra. La contienda trajo consigo el hambre, la orfandad, la penuria en suma. Durante los primeros meses del conflicto se pudo comprobar la ineficacia absoluta de la beneficencia pública para resolver tan grave cuestión. La prestación del Servicio Social debían realizarla todas las mujeres españolas cuyas edades estuviesen comprendidas entre 17 y 35 años, lo que suponía un avance inusitado del papel de la mujer. Se incorporaban a actividades y responsabilidades hasta entonces vetadas, rompiendo incluso la barrera de la mayoría de edad, fijada en aquel momento en los 23 años».  (Fuente: Mónica Orduña Prada)